Para no olvidar nunca
Hace un buen tiempo que no actualizo pero debéis entender que no siempre se tiene ganas de hacerlo. Hoy, en cambio, sí. De lo que voy a hablar hoy es del gran cumpleaños que tuve ayer de dos amigos.
Todo comienza ayer Sábado por la mañana. Tenía puestos dos despertadores; el normal que estaba fijado a las 8 y diez, y el móvil que me avisaría a las 10. ¿El motivo? Pues que había quedado con algunos amigos para comprar unas bebidas para llevarlas a una fiesta. Dicha fiesta se haría en un campo y allí se celebraría el cumpleaños de Jorgito y Laura. No cumplían el mismo día puesto que Laura hacía ayer los 19, mientras que Jorgito hará los 18 este próximo Miércoles.
Volvamos a por la mañana. Había quedado en el Carrefour para comprar dichas bebidas que al final acabamos comprando en el Mercadona. Obviamente, fui andando, me gusta andar. Cuando ya teníamos las botellas, volví a casa. Rápidamente, me lavé los dientes, metí las canciones que me pidió Raquel en mi Pen-Drive, cogí los regalos y directo al coche.
Mi madre se ofreció a llevarme y menos mal porque ir hasta el campo andando si que sería un palizón. Para guiarse por allí, ha de saberse donde está el Ave María, un recinto donde se celebran bodas y banquetes. El campo estaba justamente al lado, unos 200 metros más adelante. Yo pensaba que era un campo pequeño, pero la verdad es que era bastante grande. Cuatro casas pequeñas, un amplio jardín, columpios y ¡una cama elástica!
Había comprado comida para almorzar y cenar, e incluso las casitas tenían camas para descansar aunque solo estaba abierta una. No se podía pedir más, era perfecto.
Ahí estábamos unas 16 personas, todos conocidos e hicimos de todo, como saltar un buen rato en la cama elástica mientras otros pegaban balonazos, jugar a las cartas con Gloria ( que tú sabes jugar al cinquillo xD ), etc.
Yo hice todo, además de tomar el sol un buen rato, ya que el Sol pegaba fuerte, y dormir un rato. Como no había dormido bien durante la noche y aprovechando que la cama era blanda, me dormí.
Al levantarme fuimos a abrir los regalos, primero Laura a la que le encanto y después Jorgito a quien tendré que quitarle los regalos ( me gustaban mucho ). A medida que pasaba la tarde, algunos se tuvieron que ir, justo antes de que vinieran los padres de Jorgito a traer una tarta de chocolate. ¡Mira que estaba buena! Pero no fue la única tarta, al ratillo vinieron dos amigas más que trajeron otra tarta. ¿Era un milagro? Me da que sí.
Ya casi de noche, cenamos todos los que quedamos. Aunque cenar a las 7 y media es . . . bueno, muy temprano. Suelo cenar sobre las 9 y media o las 10, pero no esta vez. Aún así, después de cenar volvimos todos a la cama elástica donde nos tirábamos unos a otros, nos dábamos bocados, golpes, de todo.
Y de tanto cachondeo, nos entró hambre, otra vez. Y como lo único que quedaba de comida era la tarta de chocolate . . . . . aunque aún queda porque la tengo yo en la cocina jejeje. Ya, cuando era realmente de noche, abandonamos el campo. El cielo por aquella zona estaba lleno de estrellas que nos iluminaba el camino de vuelta a casa, un camino de arena.
Ahora bien, ¡ decidieron acompañarme a mi casa! Muy fuerte sabiendo que nunca me han acompañado aunque es comprensible ya que mi casa está muy lejos. Pero fue un día perfecto, un día 10.
Todo comienza ayer Sábado por la mañana. Tenía puestos dos despertadores; el normal que estaba fijado a las 8 y diez, y el móvil que me avisaría a las 10. ¿El motivo? Pues que había quedado con algunos amigos para comprar unas bebidas para llevarlas a una fiesta. Dicha fiesta se haría en un campo y allí se celebraría el cumpleaños de Jorgito y Laura. No cumplían el mismo día puesto que Laura hacía ayer los 19, mientras que Jorgito hará los 18 este próximo Miércoles.
Volvamos a por la mañana. Había quedado en el Carrefour para comprar dichas bebidas que al final acabamos comprando en el Mercadona. Obviamente, fui andando, me gusta andar. Cuando ya teníamos las botellas, volví a casa. Rápidamente, me lavé los dientes, metí las canciones que me pidió Raquel en mi Pen-Drive, cogí los regalos y directo al coche.
Mi madre se ofreció a llevarme y menos mal porque ir hasta el campo andando si que sería un palizón. Para guiarse por allí, ha de saberse donde está el Ave María, un recinto donde se celebran bodas y banquetes. El campo estaba justamente al lado, unos 200 metros más adelante. Yo pensaba que era un campo pequeño, pero la verdad es que era bastante grande. Cuatro casas pequeñas, un amplio jardín, columpios y ¡una cama elástica!
Había comprado comida para almorzar y cenar, e incluso las casitas tenían camas para descansar aunque solo estaba abierta una. No se podía pedir más, era perfecto.
Ahí estábamos unas 16 personas, todos conocidos e hicimos de todo, como saltar un buen rato en la cama elástica mientras otros pegaban balonazos, jugar a las cartas con Gloria ( que tú sabes jugar al cinquillo xD ), etc.
Yo hice todo, además de tomar el sol un buen rato, ya que el Sol pegaba fuerte, y dormir un rato. Como no había dormido bien durante la noche y aprovechando que la cama era blanda, me dormí.
Al levantarme fuimos a abrir los regalos, primero Laura a la que le encanto y después Jorgito a quien tendré que quitarle los regalos ( me gustaban mucho ). A medida que pasaba la tarde, algunos se tuvieron que ir, justo antes de que vinieran los padres de Jorgito a traer una tarta de chocolate. ¡Mira que estaba buena! Pero no fue la única tarta, al ratillo vinieron dos amigas más que trajeron otra tarta. ¿Era un milagro? Me da que sí.
Ya casi de noche, cenamos todos los que quedamos. Aunque cenar a las 7 y media es . . . bueno, muy temprano. Suelo cenar sobre las 9 y media o las 10, pero no esta vez. Aún así, después de cenar volvimos todos a la cama elástica donde nos tirábamos unos a otros, nos dábamos bocados, golpes, de todo.
Y de tanto cachondeo, nos entró hambre, otra vez. Y como lo único que quedaba de comida era la tarta de chocolate . . . . . aunque aún queda porque la tengo yo en la cocina jejeje. Ya, cuando era realmente de noche, abandonamos el campo. El cielo por aquella zona estaba lleno de estrellas que nos iluminaba el camino de vuelta a casa, un camino de arena.
Ahora bien, ¡ decidieron acompañarme a mi casa! Muy fuerte sabiendo que nunca me han acompañado aunque es comprensible ya que mi casa está muy lejos. Pero fue un día perfecto, un día 10.
2 comentarios:
Heyyyyy David, me alegra q seas feliz tbien de esa manera..........
Un abrazzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzo
Bs As Argentina
pues me alegro que ese dia terminara bien, jop que goloson eres, nos vemos un bss
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