martes, 6 de enero de 2009

Un triste adios



Ayer, fue un día tristón pero que se alegro por la tarde. La mañana comenzó levantándome a las 10, raro ya que últimamente me levantaba sobre las doce y media. No había dormido bien. Muchas vueltas en la cama y sin poder conciliar el sueño hasta bien tarde me iban a pasar factura en algún momento. Y ese momento llegó después de haber desayunado, sería ya la 1, cuando cortando patatas, me hice un corte en la mano. Suerte que no fue nada del otro mundo. Una tirita y listo para seguir pelando patatas.


Ya después de almorzar, me conecte al msn para hablar. Aunque, no estaba con ánimos de hacerlo. Sabía ya desde hace tiempo que no iba a ser un día feliz. Una de mis mejores amigas, María, se iba a vivir a Estados Unidos. ¿Por qué? Pues porque encontró al hombre de su vida. Viendo que no podía estar en casa, decidí ir a la playa con mi perrita para poder relajarme un poco. Ya en la playa, empecé a recordar los buenos momentos que pase con ella.


A María la conocí gracias a otro gran amigo. Ella era regatista y llegó a ser campeona de España de la clase 420 de Optimis con su barco ESP-50616, si no mal recuerdo. Pero al cabo de un tiempo empezaron a pelearse entre ellos dos por diversas disparidades que tenían. Ambos se hicieron daño y claro, yo traté de que todo esto no fuera a más. Pero resulto ser imposible. Su relación de amistad se rompió para siempre. Aún así, estos problemas que tenían ellos no me involucraban a mi, así que solo me dedique a darles consejos y nada más. No sirvió de nada, vale, pero porque ellos se peleasen no significaba que me iría de parte de ella o de el. Solo pensé: David, tú no tienes nada que ver, puedes llevarte bien con los dos. Y así hice.


Volvamos a María. Ambos fuimos grandes apoyos, el uno para el otro, y cada día que pasaba, nuestra amistad se fortalecía. Casi siempre quedábamos, porque nos lo pasábamos muy bien y no nos cansábamos de vernos. La llegada del verano 2007 supuso un revés a nuestra constancia de vernos, ya que hubo una persona que entró en su vida, Bryan. Venía de Estados Unidos y aunque no lo conociera de mucho, si parecía una buena persona para María. Al tiempo, María ya iba quedando cada vez menos conmigo, pero no me importaba porque sabía que ella estaba haciendo su vida y si había algo que quería es que ella fuera feliz.


Al final, todo llegó a su punto máximo cuando María y Bryan anunciaron que se iban a vivir a Estados Unidos. Fue un varapalo para muchas personas, especialmente para su madre.


No puedo negar que se me saltasen las lágrimas al recordar todos los buenos momentos que hemos tenido. Mientras tanto, mi perrita hacía de las suyas, como hacer la tonta ( como de costumbre ). Lo más triste es que no pude despedirme de ella físicamente pues hacía unos 4 días desde la última vez que la vi.


Pero se hacía tarde, eran casi las 6 de la tarde y yo tenía que estar a las 6 y media en la rotonda de las Manos para ir a ver las carrozas de los Reyes Magos. Por ello, marché rápido a mi casa y logré llegar a tiempo a la dichosa rotonda. Me alegre bastante respecto a la mañana, pues entre que me reía con mis amigos, cogía caramelos y peluches, y el devolver los caramelos a los reyes por lo mal que sabían sus caramelos, me libré de la tristeza. Ahora bien, me lleve unos cuantos arañazos, parece ser que los peluches son como el oro para la gente. Flipante.


Y después de toda esta tarde, que mejor cosa que ir a cenar a una pizzería! Aunque eramos menos los que fuimos que los que fuimos a ver los reyes. Pero estuvo muy bien.


En fin, un día solucionado. Y a María, le deseo lo mejor con Bryan


" Mapachita nunca muere "




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2 comentarios:

Blogger Elartedehelarte... ha dicho...

Esta genial tener amigos asi david , no dejes que eso termine ahi! seria injusto.

la distancia nunca debe ser un inpedimento :D

un beso guapeton!

6 de enero de 2009, 19:29  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Vaya, una pena lo de tu amiga, aunque ahora con internet es muy fácil mantener el contacto ;) En cuanto a lo tus amigos que se pelearon, yo hace un tiempo me ví envuelto en una situación parecida, me sentí fatal, porque no atendían a razones y tuve que elegir. Lo más triste del asunto es que todavía hoy no estoy seguro de haber la decisión correcta.

Un abrazo!!

7 de enero de 2009, 16:24  

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