miércoles, 7 de enero de 2009

¡ Hiperactividad al poder !

Hoy me levanté con buen pie. Las sábanas sin desordenar y todas las almohadas en la cama, era buen presagio. Me decidí ir a desayunar mis cereales Crunch! Pero como de costumbre, mi perra ladraba, así que tuve que sacarla a hacer sus necesidades básicas. Ya el resto de la mañana me dedique a disfrutar con mis cereales y ver la tele un poco.

El almuerzo pareció haberme sentado bien, pero que muy bien. Pensaba hacer ejercicio pero supe que tenía que hacer la digestión, así que me fui a mi cuarto para distraerme un poco con el portátil. Sin embargo, algo me estremeció. Algo estaba poniéndome nervioso. Alguien estaba subiendo por las escaleras y hacía un ruido que solo podía ser una persona. Era . . . . . Godzilla!! Perdón! No era Godzilla, sino mi casa sería un montón de escombros. Se trataba de mi hermana, lo que paso es que cuando le quedaba poca más de 7 escalones, sonó el telefonillo y esa fue la palabra que salio de mi boca. Menudo susto.

Mi hermana tuvo que bajar las escaleras y abrió la cancela de la casa. Allí estuvo hablando con el hombre de Fedex que tenía un paquete para nosotros. Gracias a mi hiper agudo oído, logré escuchar toda la conversación. Es más, el tio y mi hermana se quedaron flipados al leer que el precio del paquete era de 7190 euros. Flipante! Ya me dirá mi madre de que se trataba pues era para ella.

Supuse al instante que sería una confusión, así que hice como caso omiso. Después de un rato, fui abajo donde estaba la máquina de ejercitar músculos que le compramos entre todos a mi padre. Lo cierto es que yo la he utilizado más que el. Total, la utilice y hice unos 4 kilómetros y medio pero con diferentes resistencias.

Pero al acabar, aún tenía para más. Por ello, me fui para mi cuarto otra vez y allí me maté a abdominales. Hice muchos, unos 1150 para ser precisos. Mis padres al enterarse de lo que había hecho se alertaron. Supusieron que me iba a caer en cualquier momento. Pero no. No ocurrió así. Es más, les dije que quería ir a la piscina.

En la piscina, me frustré un poco al notar que a mis gafas de natación le entraba agua por algún lado. La apreté más pero fue en vano. Aún así llegue a los 1000 metros. Y después de una ducha calentita en el vestuario, me fui directo a casa.

Y ahora pienso yo, esta matadura de día me servirá para poder dormir perfectamente, ¿ no ?

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1 comentarios:

Blogger Charmed_boy ha dicho...

Eh....¿David? ¿Nunca te han dicho que estás loco?
¿Cómo se te ocurre hacer tanto ejercicio? Qué loco...

Pero bueno, así tienes el cuerpito que tienes, digo yo...:P

Un beso.

9 de enero de 2009, 19:35  

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